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Historia y Arte
LA ALTA EDAD MEDIA
Las manifestaciones artísticas - 9ª parte
La arquitectura románica española (continuación)
El románico mudéjar
partir del siglo XII, comienza a desarrollarse el estilo mudéjar en el que se emplean formas y técnicas islámicas (materiales pobres, fundamentalmente ladrillo que se disimulan recubriéndolos de yeso profusamente decorado) y elementos constructivos cristianos (plantas, soportes y cubiertas).
Este estilo evoluciona entre los siglos XII y XVI, distinguiéndose dos periodos: románico mudéjar y gótico mudéjar.
El románico mudéjar se caracteriza por la utilización de elementos constructivos románicos y de una decoración realizada a base de hiladas de ladrillos en zig zag, alfices y modillones de lóbulos de clara ascendencia islámica, donde se ve la mano de los alarifes musulmanes que convivieron con los cristianos y a los que éstos denominaron mudéjares.
La Iglesia de la Lugareja de Arévalo
(Ávila), constituye el mejor ejemplo de fusión entre románico y mudéjar.
Los centros más importantes del románico mudéjar son: Toledo, donde destacan las iglesias de San Román y de Santiago del Arrabal; Ávila, con las torres de San Martín de Arévalo y San Nicolás, en Madrigal de las Altas Torres y la iglesia de La Lugareja de Arévalo; por último León, con los templos de San Lorenzo y de San Tirso, ambos en Sahagún.
El arte asturiano
Desde finales de siglo VIII hasta comienzos del X se levantaron en el reino de Asturias una serie de edificios con características comunes que dieron lugar el llamado arte asturiano (también denominado ramirense por coincidir sus mejores obras con el reinado de Ramiro I).
Edificios de dimensiones reducidas.
Uso de arcos de medio punto a veces peraltados.
Cubiertas de bóveda de cañón reforzadas con arcos fajones.
Utilización de contrafuertes exteriores que contrarrestan los empujes de las bóvedas.
Material de construcción: el sillarejo.
Predominio del macizo sobre el vano (pocas ventanas y pequeñas).
Poca decoración, siendo la de cuerda el motivo más frecuente (sosegado).
Entre las construcciones conservadas pueden destacarse varias iglesias y una residencia real. En época temprana se realizó la iglesia de San Julián de los Prados, que debió de servir de modelo para otras posteriores. A mediados del siglo IX, cuando el estilo alcanzó su mejor época, se construyeron las iglesias de San Miguel de Lillo y Santa Cristina de Lena; perteneciente a esa misma época es el edificio civil que después se transformó en la iglesia de Santa María del Naranco. En la última etapa del estilo se levantó la iglesia de San Salvador de Valdediós, que fue un claro precedente del románico.